The Game Awards Crece como Nunca, pero No es Gratis
Publicado: 12 / 12 /2025Año 2012: Barack Obama es presidente y los gamers discuten apasionadamente sobre el final de Mass Effect 3. Mientras tanto, Harvey Smith y Raphael Colantonio, de Arkane Studios, vuelan hacia Los Ángeles en un jet privado financiado por Bethesda para asistir a los Spike Video Game Awards, presentados por Samuel L. Jackson en los Sony Pictures Studios. El juego Dishonored está nominado a varios premios, aunque se queda solo con el trofeo de Mejor Juego de Acción-Aventura, entregado por Jessica Alba.
“Cuando te va bien y alguien te dice, ‘Aquí tienes un bono, y además te llevamos a los Game Awards’, llorás. Literalmente. Lloramos de verdad”, comentó Smith en una videollamada.
Las cosas son diferentes 13 años después. Donald Trump es presidente. Los gamers discuten sobre si Lara Croft es lo suficientemente atractiva. Arkane Austin ya no existe, pero Smith y Colantonio siguen trabajando en juegos. Los Game Awards ahora se transmiten online, mientras la televisión por cable se despedaza. Pero Geoff Keighley sigue al frente.
La industria del videojuego ha cambiado radicalmente; recortes de personal, cierres de estudios y la carrera por abrazar la inteligencia artificial han dejado a muchos desarrolladores desorientados y sin empleo. Las presentaciones de videojuegos ya no tienen el mismo fervor de antaño, y los Game Awards no son tan estelares como la antigua ceremonia de Spike.
Los Oscars de los videojuegos
Detrás de cada ceremonia hay un arduo trabajo de producción que pasa desapercibido. Organizar un evento de premios requiere de equipo diverso, desde empresas de producción hasta personal temporal. En el Peacock Theater, con 7.100 asientos, Keighley y su equipo deben decidir cómo repartirlos.
Sin ingresos de comerciales, los Game Awards venden espacios privilegiados para revelaciones y avances, además de patrocinios para premios específicos. Un tráiler de 60 segundos en la ceremonia de 2025 puede costar hasta $450.000, y uno de tres minutos supera el millón. Aunque algunos slots son gratis y seleccionados por Keighley, otros deben pagar para estar frente a los millones de espectadores.
Pero, ¿qué pasa con la asistencia? Aunque Tom Cruise asiste a los Oscars, tal vez solo pueda llevar un invitado, y muchos detrás de las cámaras no reciben invitación. En los Game Awards, donde se desea capturar el glamour de Hollywood, muchas veces los desarrolladores deben comprar sus propios boletos.
Según varios desarrolladores, los estudios nominados reciben solo dos boletos. Algunos, como Sandfall Interactive, compran más para que su equipo pueda asistir. No todos los estudios tienen los medios para enviar a su equipo, ya sea por el precio de las entradas o los costos de viaje.
El mayor evento del gaming
Keighley quiere que los Game Awards sean la mejor celebración anual de videojuegos, pero existe una clara tensión entre honrar a quienes trabajan en ellos y cautivar a los fans que esperan un tráiler. A pesar de los costosos tickets y slots, la importancia de estos premios para los desarrolladores es innegable.
Para algunos, la ceremonia parece un E3 con trajes elegantes, pero para los pequeños estudios, una nominación puede significar la supervivencia. Aunque algunos proponen ignorar los Game Awards y centrarnos en ceremonias más académicas como los BAFTA, esto no disminuye el impacto de una nominación en el evento más grande del año.
